Mi historia con la educación

Mi historia con la educación

Por Ashley Seah, Candidata a Master en Derecho por NYU (USA) 

Pese a haber pasado mi infancia en Labuan, una pequeña isla en Malasia, fui lo suficientemente afortunada para iniciar mi educación desde una edad temprana -tanto de manera formal en el colegio, como de manera informal, en casa. Mis estudios en el colegio construyeron la base fundamental que necesitaba para continuar mis estudios a futuro, mientras que en casa, se me enseñó los valores de trabajar con esfuerzo y ser caritativa, valores que hasta el día de hoy llevo conmigo.

Armada con los valores que se me inculcaron, puse mi mejor desempeño en la escuela y eventualmente se me presentó la oportunidad de ingresar a KTJ, uno de los mejores colegios ubicados en el Oeste de Malasia. Si bien no fue fácil, tuve que mudarme de mi hogar a los 17 años para estudiar para los A-Levels (estudios pre-universitarios) en un internado, volviendo a casa de vacaciones solo dos veces al año. En la universidad, no solo fui expuesta a nuevas formas de vida tan distintas de la mía que mis compañeros de capitalinos vivían, sino que también caí en cuenta sobre las oportunidades que me había perdido solo por el hecho de haber vivido en una parte distinta del país. En otras palabras, fue en ese momento que entendí una lección de vida que Leila Janah expresa tan claramente: “Mientras que el talento es distribuido equitativamente, las oportunidades no”.

Todos en mi alrededor parecían haber tenido mejores oportunidades que yo mientras crecían – mayor acceso a clases de música, más información sobre lo que se necesita para ingresar a una buena universidad y más importante aún, más información sobre cómo el mundo funciona en realidad. Entendí justamente la importancia que mis compañeros tenían como fuentes de información y que era tan fácil vivir en una burbuja -en la cual había vivido por los últimos años de mi vida. Al estar rodeada por estas personas, también comencé a aprender cosas que mis amigos en Labuan no conocían; por ejemplo, los tipos de becas a las que podía postular para ingresar a la universidad y las oportunidades laborales que conllevaban los distintos títulos universitarios extranjeros.

Habiendo reconocido que estudiar en KTJ era una oportunidad que no muchos tenían, decidí aprovecharlo al máximo y postular a las mejores universidades del Reino Unido. Como resultado de ello, se me incluyó en un grupo especial que recibió apoyo especial para postular a las universidades y que también debía trabajar mucho más fuerte para aprobar los exámenes de mis A-Levels. No hace falta decir que estos factores me ayudaron a obtener la nota máxima posible para los exámenes (4A*) y ello permitió finalmente que logre ingresar al London School of Economics (LSE) para estudiar derecho.

Ingresar a la universidad en el Reino Unido implicó un nuevo aprendizaje para mí pues no solo tenía que coordinar con oficiales de alojamiento, organizar mi tiempo durante los trabajos universitarios, actividades extracurriculares y postulaciones a pasantías, sino que también debía aprender a administrar mi propio dinero. Durante mi estadía en Londres, aproveché al máximo las oportunidades disponibles al asistir a conferencias magistrales y reuniones de networking auspiciadas por firmas internacionales. Por ende, esos tres años no solo permitieron que me vuelva más independiente, sino que también ampliaron mi entendimiento sobre asuntos globales y expandió mi red de contactos. Más importante aún, mejoré mis habilidades de comunicación al obligarme a participar en clubs universitarios en los que dirigí y trabajé con equipos multiculturales. Al poner en uso las habilidades y conocimientos que aprendí en la universidad, continué mis estudios siguiendo una maestría en derecho en Peking University y posteriormente ingresé a PwC Malaysia como asociada de la práctica tributaria.

Creo que la vida se encuentra compuesta de una serie de decisiones que determinan la forma en la que nos formamos.

El interés de mis padres por la educación los llevó a priorizar mi educación desde una edad temprana, brindándome una serie de oportunidades. Más importante aún, su apreciación por la educación me llevó a entender la importancia de la educación por mí misma y me enseño a aprovechar al máximo las oportunidades que se me presentan. Dicho de otra forma, mis padres me enseñaron a tomar decisiones en mi vida que prioricen la educación, lo cual me llevó a obtener los resultados que he logrado hasta el momento.

No obstante, sé que no todos tienen la misma suerte que yo tuve, que la educación no solamente es obtenida por aquellos que la saben apreciar, sino también por aquellos que pueden permitirse el lujo de comprarla. Al formar parte de IDEM, considero que podré ayudar a otras personas a obtener las oportunidades que afortunadamente pude recibir, oportunidades que considero todo el mundo merece.

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